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Qué es el apego y los 4 tipos que existen

08/11/2022
que es el apego

Para saber en qué se basan nuestros comportamientos a la hora de establecer nuestras relaciones sociales tenemos que saber cuáles son los tipos de apego, identificar el nuestro y conocer la gran influencia que tiene sobre nosotros.

Índice

    ¿Qué es el apego?

    qué es el apego

    El apego emocional es un vínculo que origina la manera que tenemos los individuos de interactuar con aquellas personas con las que creamos una relación.

    Se establece por primera vez entre el recién nacido y su madre, durante los momentos iniciales de la vida del bebé. Cuando nacemos somos seres completamente vulnerables y dependemos de otras personas para sobrevivir, de esa manera se va forjando el vínculo de apego con las personas de nuestro entorno cercano. Los tipos de apego que creemos durante nuestros primeros años de vida va a condicionar nuestras relaciones sociales del futuro.

    Está compuesto de tres factores clave:

    -La construcción mental a través de la cual establecemos una relación de permanencia.

    -La unión afectiva con nuestros seres queridos que nos proporciona bienestar.

    -El sistema de conductas de apego.

    Teoría del apego de John Bowlby

    John Bowlby fue uno de los psicólogos y psicoanalistas más relevantes de la historia, y realizó muchas investigaciones sobre los tipos de apego a lo largo de su carrera, desarrollando una teoría fundamental.

    Bowlby estudió la relación que se establece entre un hijo y su madre, con la conclusión final de que el tipo de apego que los niños crean durante los primeros años está muy relacionado con su conducta y desarrollo emocional posterior.

    Su principio más trascendental dice que un recién nacido necesita desarrollar una relación de apego con mínimo una persona cercana un para que su desarrollo social y emocional sea adecuado.

    Esta teoría sugiere que los niños nacen biológicamente programados para formar vínculos con los demás, ya que es lo que les ayudará a sobrevivir. Además, las conductas de apego son instintivas e innatas del ser humano.

    En definitiva, el vínculo de apego que establezca el niño con su entorno más cercano (madre, padre, abuelos, cuidadores…) es lo que va a determinar los tipos de apego que va a desarrollar ese niño en un futuro, a la hora de crear relaciones sociales.

    «La confianza de un niño en la figura de apego es la base de una personalidad estable y segura» John Bowlby.

    Tipos de apego

    Tipo de apego seguro

    apego seguro

    Los niños que establecen un apego seguro durante su infancia son aquellos que entienden que sus padres son personas en las que pueden confiar y a las que pueden recurrir cuando les surja algún problema o se sientan en peligro. El niño es consciente de que sus padres no van a fallarle, y por lo tanto está seguro y confiado.

    Además, se sienten queridos y valorados por estas personas con las que mantiene el vínculo de apego. Estos niños tienen comportamientos activos, interactúan de manera confiada y segura con su entorno y en el caso de que sus padres deban ausentarse en algún momento, se sentirán angustiados solamente al principio, y cuando vuelvan actuarán con normalidad. Esto es debido a que no tienen miedo al abandono y saben que sus padres van a regresar en algún momento.

    Cuando son más mayores, las personas con este tipo de apego son capaces de establecer relaciones saludables, ya que se sienten satisfechos al generar dichas relaciones. Confían en ellos mismos y en las personas de su alrededor, y construyen dichas relaciones en base a esa confianza, ya sea una relación de pareja o de amistad.

    Para ellos no es un esfuerzo unirse a las personas y, como he mencionado antes, no les provoca miedo el abandono. Gracias a esto pueden ser personas con una independencia propia mientras que mantienen relaciones interpersonales sanas.

    Un ejemplo de apego seguro dentro de una relación de pareja podría ser una persona que al generarse una discusión es capaz de mantener la calma, escuchar a la otra persona y entender sus sentimientos. Confía en él mismo y en su pareja y sabe que son capaces de solucionar el problema. En este caso el apego en la pareja sería muy sano.

    Tipo de apego ansioso/ambivalente

    apego ansioso

    Cuando el apego que se desarrolla durante la infancia es de tipo ansioso, los niños no tienen esa seguridad que comentábamos antes, sino que dudan de la disponibilidad de sus padres para ofrecerle ayuda en caso de necesitarla. Esto hace que su relación con el entorno esté basada en el miedo y en la inseguridad. No se separan mucho de sus padres para saber que están ahí en todo momento, buscando también su aprobación.

    Otra característica propia de estos niños es la angustia tan grande que sienten cuando sus padres o cuidadores se ausentan, ya que tienen miedo de que estos no vuelvan. Además, cuando estas personas vuelven, al niño le cuesta calmarse.

    Una cosa que se debería evitar por parte de los padres es amenazar al menor con el abandono cuando este presenta una mala conducta. Por ejemplo, decirle al niño que si no se termina la comida o no se duerme te vas a ir.

    Un niño que ha sido criado con este tipo de apego cuando sea adulto va a ser una persona que desarrolle problemas de regulación emocional. Tendrá la sensación de que sus emociones son exageradas y no quieren agobiar a los demás, presentará miedo al abandono e inseguridad a la hora de establecer relaciones sociales.

    En las relaciones tanto de pareja como de amistad, una persona con apego ansioso tendrá un miedo constante a perder a esa persona importante para él/ella. Esto hará por ejemplo que le cueste expresar sus sentimientos al no saber cómo reaccionará la otra persona, que necesiten reafirmación constante de que todo está bien o que estén inseguros en cuanto a si su pareja/amigos le quieren de verdad.

    Algo habitual en estas personas es que desarrollen una dependencia emocional hacia las personas de su entorno, ya que necesita una atención prácticamente constante para lograr sentirse queridos de verdad y no comerse la cabeza con que algo va mal.

    Siguiendo con el ejemplo de las discusiones de pareja, en este caso la persona con apego ansioso querrá hablar las cosas cuanto antes y arreglarlo, de manera que sepan que todo está bien y que su pareja no le va a abandonar.

    Tipo de apego evitativo

    apego evitativo

    En el caso de los niños con apego evitativo sabemos que son aquellos que han asumido que sus padres, cuidadores o figuras de referencia no van a proporcionarles la ayuda y la seguridad que necesitan y, por lo tanto, adquieren una autosuficiencia a través de la cual no necesitan a esas personas para sentirse seguros.

    Esto sucede cuando el niño ha visto que en sus intentos de buscar seguridad o ayuda a través de sus padres, estos no se la han dado. Por este motivo el niño se siente indefenso y tiene que buscar recursos propios para relacionarse con el entorno. Se sienten poco queridos y poco valorados.

    Una conducta común en estos casos es que el niño no llore cuando se separe de sus padres y tampoco les de importancia cuando vuelvan, ya que para él estar cerca o no de ellos es indiferente. Le van a ofrecer el mismo comfort estando o no estando, que es ninguno. De hecho, evitan el contacto cercano con ellos.

    En edades adultas, este estilo de apego se ve reflejado en la dificultad que tienen estas personas a la hora de crear vínculos afectivos y relaciones sociales sólidas. Esto es porque son personas muy independientes y a las que les gusta la soledad, ya que han aprendido a valerse por ellos mismos.

    Además, les cuesta mucho expresar sus emociones y crear un compromiso con otra persona, ya sea de pareja o de amistad. Desde pequeños han aprendido a guardarse sus sentimientos porque no se sentían válidos y por eso de adultos mantienen esa conducta.

    Por otro lado, suelen ser personas más frías y les gusta pasar tiempo solos, lo cual no significa que quieran menos a su pareja o amigos.

    En el caso de las discusiones, estas personas prefieren pasar tiempo solos antes de hablar con su pareja. De esta manera reflexionan y se calman antes de discutir. Lo cual puede generar conflictos en el caso de que, por ejemplo, su pareja tenga un estilo de apego ansioso. La clave sería buscar un equilibrio entre las necesidades de ambos.

    Tipo de apego desorganizado

    apego desorganizado

    El último estilo de apego es el desorganizado, podría decirse que es una mezcla entre el estilo ansioso y el evitativo. Los niños que lo presentan se encuentran con una carencia de apego muy grande.

    En la mayoría de los casos, estos niños viven situaciones muy complicadas con sus figuras de apego, como puede ser una relación abusiva o unos padres negligentes. Al no alejarse de dichas situaciones debido a su edad, desarrollan una ansiedad constante tanto en presencia de los adultos como en su ausencia. Además, también evitan el contacto con ellos. Esto genera una situación emocional desorganizada y caótica.

    Los casos de abandono parental pueden generar en el menor un apego desorganizado ya que no confiará en la figura de cuidado y tendrá un miedo constante a que se repita la misma situación.

    Estos niños presentan generalmente un gran número de conductas disruptivas e impulsivas (romper juguetes, hablar mal a sus cuidadores, pegar a sus compañeros…) No saben gestionar todas las emociones que tienen.

    Esto tiene una gran influencia en la personalidad y provoca que en edades adultas el individuo no sea capaz de tener relaciones sociales dentro de la norma. De hecho, es el tipo de apego que más ligado está a la psicopatología.

    Son personas que evitan crear relaciones íntimas, no saben regular sus emociones y generalmente esto les lleva a expresarse con ira y rabia, y a no exteriorizar los sentimientos positivos.

    No se sienten queridos y a pesar de que en el fondo necesiten relacionarse y crear vínculos emocionales, suelen tener relaciones muy conflictivas.

    En este vídeo se puede ver con bastante claridad los distintos tipos de apego que presentan estos niños.

    ¿Cómo afecta mi tipo de apego a mis relaciones sociales?

    Los seres humanos necesitamos crear vínculos con los demás para llevar una vida plena, ya que somos seres sociables. Nuestro tipo de apego es la base sobre la que nos comportamos a la hora de relacionarnos con las personas de nuestro entorno, por lo tanto tiene una influencia muy grande en ellas.

    En muchos casos encontramos dificultades a la hora de gestionar nuestras emociones y expresarlas, lo cual es clave a la hora de mantener una relación sana, y es ahí donde vemos cómo nuestra infancia condiciona nuestras relaciones futuras.

    Por lo general, el tipo de apego seguro es el que va a garantizar que una relación sea lo más saludable posible. Sin embargo, que estén presentes otros tipos no siempre va a significar que la relación sea conflictiva. Se puede trabajar con ayuda de nuestra pareja/amigos para que todo vaya bien.

    ¿Cómo saber cuál es mi tipo de apego?

    Para conocer cuál es nuestro tipo de apego tenemos que analizar cómo nos sentimos dentro de nuestras relaciones y suele resultar sencillo identificarnos con un estilo cuando leemos la descripción de éste, puesto que nosotros mismos conocemos nuestros comportamientos.

    Reflexionar sobre cómo nos sentimos durante nuestra infancia respecto a los vínculos que creamos con las personas de nuestro entorno también puede darnos pistas, ya que es lo que más influencia ejerce.

    Aún así, os dejo aquí un pequeño test que podrá ayudaros a identificarlo rápidamente.

    ¿Cómo cambiar el tipo de apego?

    A pesar de que el apego primario sea fundamental para el desarrollo de nuestra personalidad y aunque está comprobado que nuestros estilos de apego mantienen una estabilidad a lo largo de nuestra vida, con esfuerzo es posible cambiar de un apego inseguro a uno seguro.

    La mejor manera de trabajar en nuestro estilo de apego sería acudir a terapia y que un profesional nos ayude. Sin embargo, gracias a las nuevas relaciones que vamos teniendo y las experiencias que estas nos aportan, también podemos modificarlo.

    Por este motivo es muy importante que las personas con las que nos relacionemos nos aporten seguridad y nos ayuden a mantener una conexión sana. Por ejemplo, si tu pareja se comunica contigo, te expresa sus emociones, hace que te sientas querido y que puedes confiar en él/ella, eso hará que a la larga tu estilo de apego no sea tan ansioso.

    En definitiva, no debemos perder la esperanza si vemos que nuestro tipo de apego no es del todo seguro, ya que con ayuda de un profesional o incluso de nuestra pareja o amigos podemos ir cambiándolo poco a poco.